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¿Qué es la ansiedad?

Se que has leído mil cosas sobre la ansiedad y que es como un gran “cajón desastre” donde cabe -casi- todo.

Muchas son las personas que la padecen sin saberlo hoy en día y me gustaría acercarte a este concepto empezando por la prevalencia.

El concepto de prevalencia según la OMS se refiere al número de personas o la proporción de la población que padecen una enfermedad en un momento específico. Y sí, nos referimos a la ansiedad como una enfermedad.

Trastorno de ansiedad

El trastorno de ansiedad se define como ansiedad clínicamente significativa que no se restringe a una situación ambiental particular. Incluye los diagnósticos de crisis de ansiedad, ansiedad generalizada/persistente y formas mixtas de trastornos de ansiedad.

Es el problema de salud mental más frecuentemente registrado, que aparece en el 88,4‰ de las mujeres y en el 45,2‰ de los hombres. Si se tiene en cuenta de forma conjunta con los signos y síntomas relacionados con la ansiedad, las cifras respectivas son 138 y 70‰. Es un problema que se presenta con relativa estabilidad en todos los quinquenios de edad adultos, oscilando entre el 82 y el 122‰ en mujeres y el 46 y 63‰ en hombres de 25 a 80 años.

Los casos nuevos anuales se sitúan alrededor del 19,9‰ en mujeres y 10,4‰ en hombres.

El trastorno de ansiedad presenta gradiente social, es más frecuente cuanto menor es la renta y este se observa con más intensidad en las mujeres.

(Fuente: Ministerio de Sanidad y Subdirección General de Información Sanitaria)

Vale, traduzco al lenguaje común: La ansiedad es un trastorno que se padece muy frecuentemente siendo aún más frecuente en mujeres que en hombres. La frecuencia también se ve incrementada en el caso de mujeres que viven en ciudades grandes, que viven en pareja, que tienen hijos y, si les sumamos un trabajo externo al del hogar todavía incrementaríamos más esta cifra.

Esto no significa que los hombres no la padezcan. Es posible que los hombres acudan menos a consulta con profesionales de referencia en salud mental y se hayan reportado menos datos al Ministerio de Sanidad.

Sea como fuere, estos son los datos y suyas son las conclusiones, como decía Ana Pastor.

Además, eso de “clínicamente significativo” viene a decir que la ansiedad provoca ciertos síntomas físicos, mentales y emocionales que van a dificultar el normal desarrollo de la vida diaria.

Con todo esto, podemos afirmar que la Ansiedad es un trastorno mental muy frecuente en la población en general, que afecta a nuestra vida diaria y que, además, como me gusta decir en tono de humor, es MUY PUÑETERA.

A veces les cuento a mis pacientes que la ansiedad es mi trastorno favorito. (Esto no significa que me guste que la gente la padezca ni muchísimo menos, sé que no has entendido esto, pero por si acaso no me conoces lo dejo bien aclarado por aquí).

Mi trastorno favorito

¿Por qué diría esto una psicóloga?

Vamos a indagar un poquito más sobre qué es la ansiedad y cómo afecta al organismo.

Según el Gran Libro, el Manual de clasificación con todos los criterios diagnósticos de los trastornos mentales, DSM5 de la American Psychiatric Association, la Ansiedad es una gran categoría que contiene distintas patologías relacionadas.

Iremos ahondando en cada una de ellas más adelante, dejándolas “aparcadas” de momento para no hacer este post interminable, por lo que nos centraremos ahora en el Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG).

Criterios diagnósticos

Ansiedad y preocupaciones excesivas (anticipación aprensiva), que se produce durante más días de los que ha estado ausente durante un mínimo de seis meses, en relación con diversos sucesos o actividades (como en la actividad laboral o escolar).

Al individuo le es difícil controlar la preocupación.

La ansiedad y la preocupación se asocian a tres (o más) de los seis síntomas siguientes (y al menos algunos síntomas han estado presentes durante más días de los que han estado ausentes durante los últimos seis meses

(Nota: En los niños, solamente se requiere un ítem):

Inquietud o sensación de estar atrapado o con los nervios de punta.

Fácilmente fatigado.

Dificultad para concentrarse o quedarse con la mente en blanco.

Irritabilidad.

Tensión muscular.

Problemas de sueño (dificultad para dormirse o para continuar durmiendo, o sueño inquieto e insatisfactorio).

La ansiedad, la preocupación o los síntomas físicos causan malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento.

La alteración no se puede atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia (p. ej., una droga, un médicamente) ni a otra afectación médica (p. ej., hipertiroidismo).

La alteración no se explica mejor por otro trastorno mental (p. ej., ansiedad o preocupación de tener ataques de pánico en el trastorno de pánico, valoración negativa en el trastorno de ansiedad social (fobia social), contaminación u otras obsesiones en el trastorno obsesivo-compulsivo, separación de las figuras de apego en el trastorno de ansiedad por separación, recuerdo de sucesos traumáticos en el trastorno de estrés postraumático, aumento de peso en la anorexia nerviosa, dolencias físicas en el trastorno de síntomas somáticos, percepción de imperfecciones en el trastorno dismórfico corporal, tener una enfermedad grave en el trastorno de ansiedad por enfermedad, o el contenido de creencias delirantes en la esquizofrenia o el trastorno delirante.

Muy bien, esto aquí descrito es la ansiedad. Es cierto que para acotar aún un poco más vamos a centrarnos en lo que sucede en la edad adulta, ya que en la infancia y la adolescencia la cosa cambia bastante y también dedicaremos un espacio exclusivo a esta cuestión.

¿Tienes alguna duda sobre qué es la ansiedad después de haber leído esto?

Te comento algo, en realidad esto no es la ansiedad, esto es una forma de clasificar y poder diferenciar la ansiedad de otras patologías. La puñetera ansiedad es mucho más y va a tener que ver con qué síntomas sientas (ojo spoiler, son muchos más de seis), cómo y con qué frecuencia e intensidad los sientas y en qué momentos del día (y de la noche mientras estás durmiendo tan ricamente).

Puedes estar tan pichi y de momento “zasca” empiezas a sentirte fatal.

Y con fatal no quiero decir mal, muy mal, quiero decir verdaderamente fatal e incapaz de hacer o pensar en nada de nada.

Se presenta en formas tan variadas como personas hay en el mundo y sí, es cierto que hay características comunes, las suficientes como para dedicar una entidad diagnóstica y poder hablar de Ansiedad pero, y aquí viene lo importante, los síntomas que tú sientes pueden coincidir (o no) con los de otras personas.

Por ejemplo, a ti puede afectarte más la dificultad relacionada con la atención si tus circunstancias laborales o académicas requieren de mucha concentración frente a las dificultades que pueda sentir una persona que se dedique a labores más mecánicas.

Esto significa que si estás estudiando unas oposiciones y te cuesta enterarte de lo que estás leyendo esto va a generar un sentimiento de incapacidad y frustración tan grande que se van a desencadenar en cascada otros síntomas que no van a compartir entre personas opositoras y personas que se dedican a las labores del hogar, por poner un ejemplo.

En ambos casos existe esa falta de atención pero las circunstancias personales de cada una harán que las afectaciones en la vida sean completamente distintas y si todo esto lo aderezamos con otros síntomas ansiosos, el cóctel que obtenemos como resultado puede ser rebuscadísimo.

Esto hace que sea “mi trastorno favorito” debido a la gran complejidad que tiene tanto su diagnóstico como su tratamiento. Se debe realizar una adaptación tan personal como si se tratara de realizar un traje a medida para cada persona que llega a la consulta. Requiere de toda la atención y debemos abandonar todo lo que creemos saber antes de empezar a abordarla.

No es un camino fácil en muchas ocasiones, pero se puede superar.

En la siguiente entrada de este blog te hablaré sobre qué síntomas pueden ser los más comunes al Trastorno de Ansiedad Generalizada y cómo pueden afectar a las personas que lo padecen en función de sus estilos y circunstancias de vida.

Recuerda que esta información es psicoeducativa, en ningún caso sustituye a un proceso de terapia.

Si te gustaría consultar sobre tu caso en concreto o necesitas ampliar esta información puedes ponerte en contacto con nosotros en consulta@silviaarevalo.com

¡Nos vemos en la siguiente!

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